El ADN confirma que los restos del vertedero son de Ángel, el segundo de los primos desaparecidos
El ADN confirma que los restos encontrados en el vertedero de Toledo son de Ángel, el segundo de los primos desaparecidos. El hallazgo se produjo el 11 de enero, en el mismo lugar del basurero en el que se encontró el cuerpo del mayor de los primos, Fernando, el pasado 15 de diciembre. Ambos menores desaparecieron en Madrid el pasado 10 de diciembre de 2022.
La pista de los dos primos desaparecidos, Ángel de 11 años y su primo Fernando de 17, se perdió el 10 de diciembre cuando fueron juntos a un supermercado en Madrid mientras el padre de uno de ellos esperaba en una lavandería. Su familia denunció la desaparición de los dos menores, inseparables.
Entre tanto, la Policía averiguó que en las siguientes 24 horas de su desaparición, los dos menores habían llegado con vida hasta Toledo. Un testigo los avistó en la ciudad y las cámaras de seguridad de un centro de transporte habían grabado a los dos chicos llegando a la ciudad de forma voluntaria, ellos solos, y en buen estado. La pista de los menores se pierde en un centro comercial, donde fueron grabados por otras cámaras.
Los investigadores se centraron en averiguar la forma y el motivo por el que los dos menores habían viajado hasta Toledo. El entorno de las víctimas confirmó con rapidez que no era la primera vez que Fernando viajaba hasta la ciudad castellano-manchega para visitar a una antigua novia (lo había hecho al menos en dos ocasiones más). Familiares de los menores acudieron a las viviendas de la familia de la chica para preguntar si habían visto a los dos primos desaparecidos. La respuesta fue negativa, ni los habían visto ni hablado con ellos.
Cinco días después de la desaparición, el 15 de diciembre, un operario del vertedero de Toledo halló en una cinta transportadora de residuos los restos mortales del mayor de los primos desaparecidos. El 21 de diciembre se identificaron sus restos por reseña necrodactilar y sus familiares reconocieron un tatuaje que Fernando tenía en su cuerpo. La autopsia determinó en primera instancia que el mayor de los dos primos había fallecido por asfixia no mecánica, es decir, que no había sido estrangulado y no tenía «aparentemente» signos de violencia en su cuerpo mal conservado.
La policía, con esos primeros datos, no descartaba la hipótesis de que los dos menores hubieran terminado en el vertedero de forma accidental pero también investigaba a la familia de Toledo. Estos recibieron al menos dos visitas de los agentes. Los policías registraron en profundidad las dos viviendas que ocupaban, ambas continúan precintadas por orden judicial. Algunos testigos aseguran que sus moradores pintaron el interior de una de las viviendas pocos días después de la desaparición de los dos chicos. La familia, que ya ha sido entrevistada por la Policía, ha huido de Toledo. En las redes sociales aseguran que son inocentes y escaparon por miedo a represalias de la familia de los primos desaparecidos. Acusan a los familiares de los desaparecidos de acosarles y agredirles provocando su éxodo.
La familia de los dos primos desaparecidos rechaza de plano la hipótesis del accidente y señala directamente a la familia de Toledo: «Los niños no llegaron hasta el contenedor de basura por casualidad». El representante legal de las víctimas, el abogado Marcos García Montes, ha aportado al juzgado una serie de audios donde al menos tres testigos dicen haber visto a los menores con la familia de Toledo, y que los niños fueron golpeados y arrojados a un contenedor. El letrado ha pedido que se considere a estas personas como testigos protegidos dentro de una investigación que sigue bajo secreto de sumario.